Miércoles 3 de enero de 1940. En la ciudad de Buenos Aires el tiempo estuvo bueno y caluroso. No muy lejos de allí, en la localidad de Bernal, un joven de casi 15 años agoniza…cumplirá los 15 en breve, en cuestión de días si sobrevive a la enfermedad que lo aqueja. Pero la triste realidad es que la vida de Mariano, así se llama el joven, está al terminar.
Una vida que había comenzado el 29 de enero de 1925 en Mamiano (Toscana) según reza su estampa recordatoria. Es posible que se trate de Mammiano Basso, una aldea en San Marcello Piteglio, provincia de Pistoya, en Toscana. Asimismo hay un registro, de consulta pública, en el Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos que da cuenta del ingreso al país de unos niños Lapeschi el 16 de febrero de 1930, habiéndose embarcado en Génova a bordo del Giulio Cesare. Los tres tienen consignado como lugar de nacimiento Pistoya.
Se trata de Valda Lapeschi, de 8 años, Rosanna de 2 y Mariano. Pero aquí se presenta un inconveniente porque en la edad de Mariano aparece un 0. Sabemos que Mariano no era un niño de meses en febrero de 1930, sino que tenía cinco años cumplidos. Por lo tanto aquí podemos barajar dos hipótesis
1- Se trata de otro grupo familiar, donde este Mariano sería un homónimo de quien estamos investigando.
2- Se trataría de un error u omisión en la edad. Debido a que no se tuvo a la vista el registro original, salvo los datos que arroja el sitio podríamos estar ante un error de carga en la indexación en el sitio web o de anotación en el archivo original. Se refuerza la hipótesis que sería nuestro Mariano debido a que no se lograron rastrear otros Lapeschi y aquellos localizados pertenecen a este mismo grupo. Además Mammiano Basso se encuentra en Pistoya,Toscana. (La estampa recordatoria que se conserva de Mariano indica que nació en “Mamiano, Toscana”). Se han podido localizar datos relacionados con Valda y Rosanna pero Mariano parece haberse esfumado en los rastros de la historia, lo que condice con un fallecimiento temprano.
Pero el hecho que refuerza la hipótesis que el niño que llegó a nuestro país en 1930 se trata de nuestro Mariano son los datos relacionados con sus progenitores. Según el acta de defunción de Mariano, él era hijo de José Lapeschi y Concepción Biagini. De Valda, su presunta hermana, sabemos era hija de José Lapeschi y de Asunta Biagini, nótese la coincidencia en el nombre de su padre y el apellido Biagini de la madre.
Nuestro rompecabezas va tomado forma:
Mariano Lapeschi, hijo de José Lapeschi y de Concepción (o Asunta) Biagini, nació el 29 de enero de 1925 en Mammiano Basso, provincia de Pistoya, Toscana. Tuvo dos hermanas, Valda y Rosanna. Llegaron al país el 16 de febrero de 1930 a bordo del Giulio Cesare.
Su padre, José Lapeschi, era hijo de Francisco Lapeschi y de Juana Signorini. Viudo ya de Asunta Biagini se casó en segundas nupcias con Santa Rosa Pereyra. Santa Rosa falleció el 29 de septiembre de 1977 en la ciudad de Corrientes, dejando nuevamente viudo a José, quien a su vez falleció el 27 de marzo de 1986 en Beccar, partido de San Isidro.
¿Tendrá familiares por via colateral? Su hermana Valda casó con Juan Lavié, marino, tuvieron hijo se llamado Juan Carlos circa 1949. Valda Lapeschi de Lavie enviudó en 1984 y falleció el 19 de octubre de 1989 en la localidad de Florida, partido de Vicente Lopez, cuarenta y nueve años después que su hermano. Su hijo, sobrino de Mariano, falleció en el año 2015.
En cuanto a Rosanna Lapeschi hay una publicación en el Boletin Oficial de la Provincia de Buenos Aires del 27 de diciembre de 2017, donde “Norberto Melitón Rojas y Rosanna Lapeschi” aparecen como causantes de sucesión. Esto indica que Rosanna fallecio antes de diciembre de 2017.
Esperemos que algún descendiente pueda leer este trabajo y confirmar o no si son familiares de este niño ejemplar como aquí suponemos.
Retomemos el relato. Mariano había nacido en el seno de una ejemplar familia cristiana. A los cinco años llegó al país. Fue después de hacer su Primera Comunión que Mariano sintió deseos de seguir la vocación sacerdotal e ingresó al aspirantado. Sabemos que estudió los dos primeros años de latín en el Aspirantado Menor de Ramos Mejía. Hacia 1939 continuó sus estudios en Bernal, en la Casa Salesiana sita en Belgrano 280 donde funcionaba la casa de formación, sede del aspirantado, junto al templo Nuestra Señora de la Guardia, y poder así “recibir luego el santo hábito de los hijos de San Juan Bosco”.
Una maestra suya llegó a decir que alumnos como él nunca se podrán olvidar. ¿Cómo era Marianito? Sabemos que era alegre y desenvuelto; bueno y sencillo. Por esas cualidades se hizo querer siempre por todos, desde sus superiores hasta sus compañeros. Amaba a su colegio. Se advierte en su retrato una sonrisa, franca, mirada alegre, rostro feliz. Al mismo tiempo nos transmite paz.
Mariano fue un niño piadoso, “cultivó con gran espero la piedad y la inocencia”. Muy devoto de la Santísima Virgen, invocaba a la Madre del Cielo en todas sus empresas. Llevaba una libreta espiritual donde apuntaba sus reflexiones
“Creo que me estoy portando muy bien!...”
“¡Oh! Cuánto quiero yo a la Virgen!...”
“Oh María, antes que cometer un pecado, quiero morir”
Iglesia Nuestra Señora de la Guardia, BernalPero un día Marianito enfermó. Su enfermedad no fue fácil, una angina gangrenosa que después derivó en septicemia, es decir en una infección generalizada. Aun en esos momentos supo conservarse sereno, dejó “traslucir un alma verdaderamente elegida”, a su enfermero llegó a decirle “Quiero que me entierren con mi sotanita”. Unos días antes de morir cantaba:
Cuando mis ojos cierre,
Madre, el dolor,
De mi lado no apartes
Tu manto bendito de amor.
Que ocultándome, Madre, ese manto,
Será mi mortaja más bella al morir.
¡Ah! Cubierto con ella
No temo a la muerte;
Más espero en el cielo vivir.
La entereza y la fe de Mariano debían asombrar a más de uno. Además de la elevada fiebre, sus sufrimientos debían ser considerables. La causa de su muerte, según el acta de defunción, fue una“angina gangrenosa y septicemia”, un cuadro compatible con angina de Ludwig, un tipo de infección gravísima aún en nuestros días, que lleva a la septicemia. En el día de hoy una angina de Ludwig (que en la mayoría de sus casos tiene un origen dental) es un cuadro grave que requiere atención urgente, rápida y temprana, imaginemos lo que sería en 1940.... su estampa recordatoria menciona una larga y penosa enfermedad.
Era el 3 de enero de 1940. A las 18.17 de ese día Mariano Lapeschi falleció, santamente, en la Casa Salesiana de Bernal. En Belgrano 280. Su certificado de defunción lo firmó el Dr Gaspar Sanguinetti, quien debió de haberlo asistido durante su enfermedad. El Dr Sanguinetti era médico del Colegio Salesiano además de haber sido el primer médico de la localidad de Bernal, con destacadísima trayectoria.
Ingreso por Belgrano 280, hoy.Al día siguiente José Harburu, Jefe de la Sección Segunda del Registro Civil dejó asentado el fallecimiento de Mariano Lapeschi. El declarante fue don José Silvano Escobar, casado, argentino, 58 años, domiciliado en San Martin 464, Bernal. Testigo Patricio Oshea, casado, argentino, 50 años, domiciliado en Brown 1078, Quilmes. Según dicha acta, los padres de Mariano se domiciliaban en Capital Federal.
Mariano Lapeschi fue inhumado en el Cementerio de Ezpeleta.
FUENTES CONSULTADAS
Estampa recordatoria de Mariano Lapeschi
Acta de defunción de Mariano Lapeschi
https://elquilmero.blogspot.com/2019/07/dr-gaspar-sanguinetti-primer-medico-y.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Angina_de_Ludwig
https://boletinoficial.gba.gob.ar/secciones/8420/ver
https://rju.scba.gov.ar/
https://cemla.com/
https://mapcarta.com/es/N5514874059
https://www.donboscoramos.edu.ar/html/subindices/historia.html
https://www.boletinsalesiano.com.ar/jun2025_historiadevida/
Bernal y los salesianos. Edición ordenada por el Gobierno de Buenos Aires-Decreto 3909/70
El Mundo, 3 de enero de 1940
El Mundo, 4 de enero de 1940
AGRADECIMIENTOS
A Soledad y Guadalupe del Archivo Histórico Salesiano de Almagro, por la paciencia y la ayuda.
Al Dr Miguel Sangiovanni por sus aclaraciones sobre la enfermedad sufrida por Mariano Lapeschi
A Gaby Cortese, por acompañar desde el principio esta investigación, haber leído su borrador y dar sus orientaciones.