sábado

MARIANA Y VICENTE

 

Una vez más podemos acercarnos a una historia de vida  a través de tarjetas postales como ocurrió en https://vintageries.blogspot.com/2012/12/un-romance-en-el-centenario.html . Esta vez sus protagonistas son Mariana Matilde Mainero y Vicente Graciano Cosentino.

Existe un conjunto de postales fechadas entre 1906 y 1910 intercambiadas entre Mariana y Vicente que nos hablan de un tierno noviazgo entre ambos. Tras leerlas nos surgen las ganas de saber más, ¿llegaron a casarse? ¿formaron una familia? ¿concretaron sus sueños? Hagamos un poco de historia…

MARIANA MATILDE MAINERO era argentina, nació el 14 de marzo de 1893, hija legítima de Juan Bautista Mainero y de Angela Lucia Berardo de Mainero, ambos italianos. Fue bautizada en la parroquia Santa Rita de Brandzen (sic) el 2 de julio de 1893 y la familia vivía en el “cuartel primero” de dicha localidad según consta en el acta de bautismo. Sus padrinos fueron Antonio Massabó, italiano y Mariana Errecaborde, oriental, representada por Ana María Massabó. Es posible que la llamaran Mariana por su madrina.

Su padre, nacido Giovanni Battista en Italia, contrajo matrimonio en Saluzzo con Angela Lucia Berardo el 2 de marzo de 1878. Además de Mariana tuvieron otros hijos de los cuales damos sus fechas aproximadas de nacimiento: Margherita Caterina (1880, habría fallecido el mismo año), Pedro Bautista (1881), Antonio Francisco (1883), Bernardo (1885), Margarita Catalina (1886), José Ciriaco (1888), Margarita Lucia (1889), Vicente Alejandro (1891), Domingo Ramón (1894) y Enrique Rafael (1896). Nuestra Mariana Matilde fue una de las ultimas en llegar, ubicándose su nacimiento entre los de  Vicente Alejandro y Domingo Ramón. Según consta en el censo de 1895, toda la familia vivía en la zona de Brandsen, población rural. Eran agricultores.

El padre habría nacido entre 1848 y 1851, su edad difiere en la documentación consultada (cuarenta y cinco años en 1893, nuevamente cuarenta y cinco en el censo de 1895 y sesenta años en 1911) Lo mismo ocurre con la madre de Mariana, se calcula que nació entre 1853 y 1856, ya que la encontramos con cuarenta  años tanto en 1893 (acta de Bautismo de su hija) como en el censo de 1895. (se debería hacer una investigación focalizada sobre ambos progenitores para llegar a la fecha real de nacimiento) El padre habría fallecido en 1933, la madre en 1947.

Su novio VICENTE GRACIANO COSENTINO, argentino también, nació el 1 de enero de 1888 a las 7.30 en el partido de San Vicente. Hijo legítimo de Vicente Cosentino y de Ursula Fabres o Fabris, italianos ambos, bautizado  el 23 de septiembre de 1888 en la parroquia Santa Rita de Cascia en Brandsen.

NOVIAZGO

El noviazgo ya existía en 1906. Mariana tenía trece años y Vicente dieciocho. No se puede dudar que las postales que intercambiaban son portadoras de una gran ternura. Veamos que se decían (aclaración al lector: la ortografía fue corregida para facilitar su lectura)

Vicente a Mariana, 8 de julio de 1906

Dicen que el agua del mar se junta con la de los ríos, como se podría juntar tu corazón con el mío



 Mariana a Vicente en 1906

Tu me prometiste el quererme, como yo te lo prometí, de mí no te olvides Vicente, que yo jamás me olvido de ti

Mariana a Vicente el 5 de agosto de 1906

Tengo el corazón herido, Y las heridas me duelen, Tu solo serás, Quien curármelas puedes

Mariana a Vicente el 17 de agosto de 1906

Una sonrisa se apaga, Una ilusión se derrumba, Pero mi amor te acompaña, Hasta la tumba

Vicente a Mariana, 28 de agosto de 1906

Cuando en el agua se escriba y del papel se hagan peces,  y los años se hagan meses, y la muerte se haga vida, cuando el viento hablando diga, que en el mar se mueren de sed, cuando el cielo no llueva, cuando todo esto suceda, te dejaré de querer.

Mariana a Vicente, el 1 de septiembre de 1906

Para que yo te olvidara, Es menester que hubiera, Otra luna y otro sol, Y otro Dios que dispusiera

Vicente a Mariana, 9 de octubre de 1906

Bajo la paloma al agua, vestida de azul celeste, siempre te quiero y te querré aunque la vida me cueste

Vicente a Mariana, 10 de octubre de 1906

La pluma es la que escribe, el corazón es el que dicta. El que la quiere y la ama, sabe Ud como se llama

Vicente a Mariana, 25 de octubre de 1906

Mi alma, mi voluntad, mi fantasía, cuanto mi ser desea, se funde en una idea, hacerte mía para siempre mía.

Tenemos una tarjeta fechada el 1 de noviembre de 1907 donde Mariana escribió:

En cambio de tus negritos, Te envío esta blanquita, Y en cambio de tus afectos, Va mi amistad completa. Enternece el leer Contestame pronto Vicentito.

Le dedicó a su novio esta frase el 11 de enero de 1908 

Que la felicidad te alumbre en los obscuros senderos de tu vida 



y detrás 

Querido Vicentito: La carta que yo te mandé días pasados, todo eran por unos cuentos que de ti me habían contado, he sabido que es mentira, así no pienses más en ella, y ven pronto a pasear que deseando de verte estoy; Te pido silencio, sin más te saluda quien te quiere.

Tuya Marianita contestame

Evidentemente alguien le había comentado algo a Mariana sobre Vicente que resultó ser mentira.


          Mariana Mainero en 1908, a los quince años.


Vicente a Mariana el 18 de marzo de 1910

Esta es para hacerte saber que esta noche voy con Ollegui esperennos. Recibe los cariños de tu siempre fiel V.G.Cosentino.

Mariana a Vicente el 30 de noviembre de 1910

Querido Vicentito:

Cuando estuviste en esta has dicho de que vendrías en esta semana, si es que venis, vení en el día temprano si te es posible. Haceme caso que tengo mucho que conversar contigo. Adiós Vicentito veni ve el corazón de esta tu Marianita



En el anverso: Recibe el cariñoso saludo de tu fiel y constante

¿Qué tendría que conversar Mariana con Vicente? ¿Detalles de la boda? Porque faltaba poco, solo ocho meses para dar el sí ante el altar.

DOMSELAAR

Según el acta de matrimonio Vicente vivía en Domselaar y Mariana en Brandsen.

Todas las tarjetas, tanto las de Mariana a Vicente como las de Vicente a Mariana están dirigidas a Domselaar, a excepción de una postal fechada el 8 de julio de 1906 enviada por Vicente, que aclara Ajente Ferrari (sic) debajo de Domselaar. Esa postal tiene estampilla y el matasellos, parcialmente legible, parece decir Domselaar.

Según el aporte de Hector Angel Benedetti, a quien considero el máximo exponente sobre ferrocarriles en nuestro país, Ferrari fue el nombre que tuvo la estación Coronel Brandsen hasta 1917. Es decir que para la época en que fueron intercambiadas las postales Ferrari era la estación que hoy en Brandsen. Pero no queda claro la expresión Agente Ferrari, ¿se referiría a alguna estafeta que estaba en la estación?

Otro dato de interés aportado por Hector Benedetti es que la estación Domselaar no sufrió alteraciones importantes desde su inauguración en 1865.

Llama la atención que todas las postales tuviesen como única dirección la localidad Domselaar. Ejemplo: Sta  Mariana M Mainero,  Domselaar o Vicente G. Cosentino, Domselaar. La mayoría no tiene estampillado y no conservan señales de haberlo tenido, ¿se hacían llegar las tarjetas por una tercera persona sin recurrir a los servicios del correo? ¿O quizás venían dentro de un sobre estampillado? Queda en pie la curiosidad de saber por qué se indicaba Domselaar como única seña de dirección, a excepción de la tarjeta que dice Ajente (sic) Ferrari debajo de Domselaar, como Mariana vivía en Brandsen la indicación Ferrari tiene que ver con ello.



 

BODA

Mariana y Vicente pudieron concretar su sueño y se casaron el 29 de julio de 1911 en la parroquia Santa Rita de Brandsen. El novio de veintitrés años y la novia de dieciocho.  Vicente domiciliado en Domcelar (sic) partido de San Vicente y Mariana en Brandzen (sic). Testigos de la boda el padre de Mariana y la madre de Vicente. La madre del novio, Ursula Fabris, tenía domicilio en San Vicente según el acta. En nombre del padre de Mariana firmó Antonio Mainero.

HIJOS

Mariana y Vicente tuvieron la bendición de tener una familia numerosa. Fueron padres de

Amelia Matilde Cosentino (c1912- 10 de junio de 1999)

Irma Esther Cosentino, nacida el 13 de julio de 1913

Angela Ursula Cosentino, nacida el 29 de enero de 1915

Vicente Juan Bautista Cosentino, (8 de septiembre de 1916-26 de noviembre de 1976)

Haydee Elsa Cosentino, (18 de marzo de 1918-10 de octubre de 2013)

Rodolfo Cosentino (c1920-24 de octubre de 2005)

 

Irma y Angela fueron bautizadas el  mismo día, el 16 de febrero de 1916, en la Parroquia Santa Rita de Brandsen. Los padrinos de Irma fueron el padre de Vicente y la madre de Mariana. En cambio, los padrinos de Angela fueron Pedro Mainero y Margarita de Mainero.

Vicente y fueron bautizados el 23 de marzo de 1919, también en Santa Rita. Los padrinos de Vicente fueron Andres y Elena Cosentino y los de Haydee fueron José Genaro y Margarita Mainero . El sacerdote que los bautizó se llamaba Fermín Navarrete.

 

 EL FINAL

Vicente falleció primero, a los setenta y seis años en City Bell el 3 de marzo de 1964, de insuficiencia cardíaca, a las 2.30. Sabemos que fue gestor y fue inhumado en el Cementerio de La Plata el día 4. Su viuda lo sobrevivió cinco años. Mariana falleció en la ciudad de La Plata, de pancreatitis aguda, el 24 de marzo de 1969 a las 12.30. Tenía setenta y seis años. Vivía en  calle 14 Nº 685 y su fallecimiento se produjo en calle 50 Nº 515. La empresa Quincoces y Landoni estuvo a cargo de su sepelio, que se realizó al día siguiente en el Cementerio de La Plata, Sección A-Lote 95.

Sus vidas aparecen vinculadas a lugares como San Vicente, Brandsen, Domselaar, City Bell, La Plata. Mariana y Vicente hace tiempo que ya no están físicamente con nosotros.  Pero a través de sus tarjetas postales  nos damos cuenta que siguen estando.

 

GUADA ABALLE

 

Fuentes consultadas

https://ancestors.familysearch.org/KGXV-9GG/giovanni-battista-mainero-1848-1933

https://www.familysearch.org/es/tree/person/details/LYY5-RX1

https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:QJRM-5PK9?lang=es

https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XFTR-WL7

https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QJR9-5DH5

https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QJR9-5DHY

https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QJR9-56SN

https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QJR9-56SK

https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:6ZKL-Z7W3?lang=es

https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:XFT5-PVT?lang=es

https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:3Q9M-C3W7-D9LQ-W?view=index

https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:MW7N-3M8?lang=es

https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:686Y-8248?lang=es

https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:6ZTB-7TS7?lang=es

https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:688X-RDMC?lang=es

https://rju.scba.gov.ar/

 

 

 

 

 

 

 

 

martes

CARMELA FIORENZA



Carmela Fiorenza (o Carmen Firenza) tenía diecisiete o dieciocho años en 1904 y vivía junto con sus padres en Padilla 2151; era la única hija de un matrimonio italiano compuesto por el Sr Fiorenza y su esposa Liboria Entorci. Tanto Carmela como su madre eran obreras de una fábrica, el padre era inválido. 
Hacia el mes de junio del mencionado año un tal Miguel Scudero, quien decía tener serias intenciones, obtuvo permiso para visitar a Carmela en su casa. Scudero tenía veinticinco años, era italiano (de Palermo), vivía en Gurruchaga 30 y trabajaba como farolero del alumbrado público. Durante las visitas, Scudero conversaba con la joven en la habitación de ella, siempre bajo la atenta mirada de los padres. En realidad Scudero era un falso pretendiente, porque era casado y fingía ser soltero, esta circunstancia era desconocida por Carmela y sus padres.
Las visitas de Scudero eran constantes hasta que un día le habría propuesto a la joven que huyera con él del hogar yéndose a vivir en su compañía a lo que Carmela, una muchacha honesta y decente, se negó, se dijo que no se atrevió a decir esto último a sus padres para no darles un disgusto. Entonces Scudero decidió pedirla en matrimonio a lo cual la madre le solicitó trajera una constancia de su pueblo donde constara que era soltero. 
Un día los padres descubrieron que era casado y le prohibieron la entrada en la casa. Carmela se mantuvo firme  y dispuesta a no ceder ante lo ilícito, ya que ante otro pedido de Scudero que se fugaran juntos ella lo volvió a rechazar.
Sería en este momento cuando Scudero urdió su siniestro plan.
El domingo 4 de septiembre, a las siete de la tarde,  se presentó en la casa de Carmela y pidió hablar con ella... los padres se sentaron en un rincón de la pieza como siempre. Tras un momento de conversación la madre dijo que su hija no se casaría con él a lo cual el falso pretendiente pidió se le devolviera un prendedor que le había regalado a Carmela. 
Preso de la ira, Scudero apagó la luz, sacó un revolver y disparó cinco tiros a la joven, dos de los cuales dieron en el blanco (uno en el pecho y otro en el vientre), cuando se le terminaron los proyectiles desenvainó un puñal y le dio siete puñaladas, tan violentas que el puñal llegó a partirse dentro del cuerpo de Carmela. Ese puñal, era nuevo y tenía hecho un segundo filo, lo había hecho afilar por un tal Antonio Foma el día anterior, es decir que Scudero fue a la casa de Carmela con sus intenciones bien claras.
Scudero se dio a la fuga (olvidando el sombrero en la casa), los padres gritaban y algunos vecinos lograron seguirlo y atraparlo. Fue detenido por el agente Ramón Arias de la Comisaria 31º.
Mientras tanto, el Comisario Franco, fue al lugar del hecho e hizo llevar a Carmela, que seguía con vida, al Hospital San Roque donde falleció a causa de las hemorragias internas a las tres de la madrugada del 5 de septiembre de 1904.
Mientras tanto, el criminal, en la declaración indagatoria realizada ante el Dr Constanzó y tomada por el secretario Consiglieri, negaba haber cometido el hecho, alegó incluso haber sido agredido por la madre de Carmela y que durante la lucha se había caído la lámpara. En cuanto a los disparos primero los negó y luego dijo haberlos hecho sin querer herir a nadie con el fin de intimidar a la anciana. Por supuesto era falso que la madre de Carmela hubiera intentado agredirlo.
El padre de Carmela murió de pena poco después de este trágico suceso.
El Juez Dr  Madero condenó a muerte al asesino. Su pena fue conmutada a 25 años de presidio en julio de 1906 por el Presidente José Figueroa Alcorta.



sábado

EXTRAÑAS CARTAS EN 1872



Circuló en la ciudad de Buenos Aires, allá por 1870 o 1871, un folleto titulado Causa de Andrés Irigoyen que narraba las actividades delictivas de un barcelonés y parece que este folleto le dio ideas a algunos…

En 1871 un vecino de la Boca del Riachuelo recibió una extraña cartita donde le decían que iban a matarle a su hijo si no depositaba cierta cantidad de dinero en un paraje que le indicaban. La carta llevaba como firma las parabras Juramento di morti acompañadas de pequeñas cruces. De inmediato el hombre avisó al comisario Biedma, a cargo de la zona por ese entonces, y lograron atrapar a quien fue a buscar el dinero.

Pero eso no quedó allí. En marzo de 1872 los Dres La Rosa, Peron y Fluguerto recibieron artas parecidas, se les ordenaba que el día 15, a las ocho de la noche, colocaran en el inodoro de la plaza 25 de Mayo diez mil pesos cada uno, dentro de una botella, bajo amenaza de muerte. Reproducimos el texto recibido por el Dr Fluguerto y que lleva fecha 12 de marzo de 1872:

Muy señor nuestro: Estrañará la lectura de esta pero la medita la bida escabrosa de algunos pronto se combencerá que para estos no ay nada imposible, porque asi como unos forman grandes sociedades con sus capitales emprenden colosales empresas, otros tan solo con su decisión y sangre fría también pueden llebar acabo las que se forman en su pues bien: nosotros también estamos en sociedad bajo un solemne juramento de llebar a cabo lo que se proponga; por lo tanto emos pensado que V. como hombre de brillante carrera y posición nos puede dar diez mil pesos para atender á lo que precisamos: y para que nosotros recibamos estos diez mil pesos es necesario los ponga adentro de una botella y bien tapada la lleva el dia 15 del presente mes á las 8 de la noche al sumidero de la plaza 25 de Mayo y la deja en el suelo junto al Bujero que se orina, que uno de nosotros iremos a rrecojerla. En la intelijencia que de no hacerlo así, cuente que no está seguro ni en el sagrario porque aunque sea en la iglesia lo degollamos a V. ó al primero que beamos de su casa, usté no sabe quien somos nosotros y nosotros sabemos quien es V. y el dia que menos piense le hará el saludo con puñal y rebolber, y esto no lo tome abroma que si para el citado dia no manda los diez mil pesos en la forma en que le decimos entonces ba a ber  una cosa linda el dia que menos piense recuerde que suceden algunos asesinatos y muchas veces se ignora el orijen que amotibado, y muchas veces suele ser por cosas de esta naturaleza que por no dar una Friolera caen en el laso el dia que menos piensan porque el leal no biba hasta que quiere el traydor, y de esto no de parte ni lo diga anadie porque entonces no se libra aunque dase un millón, en fin, X. sabe lo que mas le conviene nosotros ya lo tenemos todo prebisto á todo lo malo si da parte, pueden agarrar al que baya por la botella, pero entonces los hotros cumplirán el juramento.
Suyo

Antonio Solis (y compañeros) 

Los tres fueron a la policía y el Jefe dio instrucciones a los comisarios Wright, Agrelo y González para que actuaran en el caso. El Dr Peron, siguiendo indicaciones policiales, dejó la botella en el lugar indicado. Atraparon a un tal Antonio Bertinti, un sastre domiciliado en Corrientes 56, quien fue al lugar y sacó la botella.
Bertinti dijo que nada tenía que ver con todo eso y que simplemente tomó la botella por casualidad, por haberla encontrado y sin saber su contenido.
Parece que no se supo más nada del caso…

Guada Aballe

Fuente: La Revista de Policía, 1 de abril de 1872.

domingo

LA OCURRENCIA DE BENJAMIN VILLALOBOS



En su edición del 14 de abril de 1900 la revista Caras y Caretas publicó un reportaje sobre el fusilamiento de Cayetano Grossi. Ilustró su informe con una variada serie de fotografías de la ejecución, en las cuales podían apreciarse todos los detalles: Grossi en capilla, la descarga, el tiro de gracia, etc. Las fotografías parecían ser de una autenticidad pasmosa y habrán dejado boquiabiertos a más de uno.
Pero el hecho que los lectores desconocían es que todo fue una puesta en escena, una especie de “cuento del tío” periodístico.
¿Qué es lo que había ocurrido?
Por aquellos días un joven llamado Benjamín Villalobos se había incorporado al plantel de Caras y Caretas como periodista. Como diríamos en lenguaje coloquial, recién empezaba. El gobernador de la Penitenciaría, lugar donde iba a tener lugar la ejecución, había negado todo permiso para tomar fotografías del fusilamiento. Se le ocurrió a Villalobos (a él solito, nadie lo había mandado) obtener la nota gráfica de la ejecución de Cayetano Grossi y acompañado por un fotógrafo se dirigió a la Penitenciaría.
Logró distraer al centinela y tanto Villalobos como su acompañante consigueron entrar pero el fusilamiento ya había tenido lugar. Fotógrafo y reporter estaban decididos a irse cuando a Villalobos se le ocurrió una insólita idea: recrear toda la escena del fusilamiento y tomar él mismo el lugar de Grossi.
Para ello, habló con el padre Macceo y con el Teniente Rosa Bustos (quien estuvo a cargo del piquete de fusilamiento). Villalobos debía ser alguien que sabía persuadir porque la realidad es que los convenció a ambos de prestarse al simulacro.
Y así ocurrió que media hora después Villalobos se “hizo fusilar” con tiro de gracia y todo. En síntesis, recrearon todas las etapas del fusilamiento con Villalobos reemplazando a Grossi. También se tomaron el trabajo de tomarle una fotografía al rostro real de Grossi para poder hacer luego un montaje: al rostro de Villalobos lo reemplazaron con el de Grossi en algunas fotos.
Y así fue que Caras y Caretas tuvo su gran exclusiva de las fotos.
¿Y cómo nos enteramos nosotros de la trampa? ¿Qué pruebas tenemos?
Benjamín Villalobos hizo carrera en el periodismo de entonces, con los años llegó a dirigir su propia revista, Papel y Tinta. Es en un ejemplar de Papel y Tinta donde se cuenta el truco que había hecho su director cuando era un simple reporter en Caras y Caretas. La nota salió el 17 de octubre de 1907, la firma Severiano Lorente y publicó fotos sin montaje del día aquel en que Villalobos tomó el lugar de Cayetano Grossi para su exclusiva periodística.
La foto publicada por Caras y Caretas con el rostro de Grossi colocado por montaje.
Fotografía auténtica, sin montaje, publicada por Papel y Tinta siete años después.



Guada Aballe.

lunes

CLARA FIGUEROA ALCORTA Y LA CASA DEL CANILLITA



“Proteger asistir y preservar, moral y materialmente, a los menores vendedores de diarios y periódicos, llegando su asistencia cuando lo consideren necesario hasta las familias de los mismos”
Del estatuto de la Casa del Canillita.

No fue fundada por ella, sino por un grupo selecto de damas de la sociedad argentina en 1929, pero un día Clara Figueroa Alcorta, hija del ex primer mandatario argentino, se hizo cargo de la presidencia de la Casa del Canillita
Clara seguro contribuyó a que fuera una de las obras de asistencia social más importantes de la época. La Casa del Canillita funcionaba en Lavalle 1664 y podemos decir que era completa. Brindaban su ayuda a los vendedores de diarios, entre ocho y dieciséis años, gran parte de ellos de familias carenciadas.
¿De dónde obtenía la Casa sus ingresos? De cuotas de socios, beneficios, colectas autorizadas, donaciones, subvenciones, intereses del capital social…y lo invertían en pagar el alquiler de la casa, los empleados, algunos profesores, la ayuda que brindaban a los canillitas en diferentes maneras.
La formación que les daban era integral: mecanografía, aritmética, ortografía, lectura, escritura, historia, dibujo, inglés, taquigrafía, gimnasia, música, carpintería y mimbrería. Más de uno aprendió allí a leer. Y no sólo eso; se les prestaba libros, les daban conferencias, les conseguían empleos o los ayudaban a entrar a algún instituto para aprender un oficio.
Cada día almorzaban y merendaban allí más de cien chicos. El almuerzo consistía generalmente en sopa, y otros dos platos. Por supuesto fruta. Y de merienda, te, leche, pan y manteca. Solo los que podían pagaban por ello una irrisoria suma en centavos, el sentido de cobrar esa suma tan chica era crearles el sano concepto de la obligación y acostumbrarlos al ahorro, porque ese dinero se invertía en ellos mismos después o en los demás, en quien menos podía. Se incentivaba así la solidaridad y el sentido de la ayuda al que menos tiene. Por supuesto que quien no podía pagar almorzaba y merendaba de manera gratuita.
No era raro que en Navidad se les diera un chocolate.
Para inculcar los hábitos de higiene instalaron baños con agua fría y caliente. Se los proveía de ropa a precios simbólicos, irrisorios y de manera gratuita a los necesitados. La Casa contaba también con consultorios médicos y odontológicos que funcionaban día por medio, se hacían cargo de la salud e inclusive de la internación hospitalaria si el caso lo requería. Tanto vestimenta como atención médica les daban no solo a los canillitas sino también a las familias de esos niños o jóvenes (una comisión de damas visitaba las casa para relevar necesidades y socorrerlas). Para Navidad y Reyes no era raro que repartieran golosinas y juguetes entre los hermanos de los canillitas.
En el verano alquilaban una casa en Ituzaingó donde llevaban a los chicos en colonia de vacaciones durante veinte días, en turnos de cuarenta chicos por vez, prioridad tenían los más débiles. Allí, en la colonia, tenían distintas actividades de recreación al aire libre: desde plantar árboles o jugar fútbol porque tenían equipos organizados.
En la Casa no dudaban en luchar con la misma justicia si por alguna “travesura” alguno de los chicos caía preso. No estaban de acuerdo con que enviaran a un chico bueno a un sitio con delincuentes y por ello le disputaban a la ley el chico “¡Es un canillita!", decía Sara Quiroga, la vicepresidente, “¡No puede ser malo, quien trabajando gana su vida y a veces la de los suyos!”. En general no eran de portarse mal en la Casa, pero si alguno lo hacía no estilaban castigarlo sino llevarlo a ver su error a través de la reflexión.
La vicepresidente, Sara Quiroga, era  una especie de alma mater de la Casa, una mujer muy querida y dedicada a los canillitas a quien ellos cariñosamente llamaban Sarita. Y tras todo aquello el impulso de Clara, y no solo ella, sino el de su padre, el Dr José Figueroa Alcorta, quien estaba también detrás de todo esto. Lo sabemos no porque él lo haya hecho público, sino porque en ocasión del fallecimiento del ex presidente en diciembre de 1931, Sara Quiroga le escribió a Clara en su nota de pésame: “esta Comisión tenía para con él, una deuda de gratitud y de reconocimiento, pues supo abrir un breve paréntesis a las altas funciones judiciales que ejercía con eficacia singular poniendo a su servicio la valiosa contribución de su vasta ilustración, de su talento y de su probidad intelectual y moral, para dignarse visitar nuestra casa e interesarse de cerca en nuestra tarea y en nuestra obra”

Guada Aballe.

                                               Dr Figueroa Alcorta