El año 1900 empezó mal para el Sr Carlos Fangeaux Director del Colegio de Artes y Oficios de Callao 1318. Unos vecinos se quejaron en la Comisaría 15ª “por ciertos toques de corneta y ejercicios que hacían los alumnos” y ésta puso en conocimiento,a través de una nota, al Jefe de Policía Beazley el 17 de enero. Beazley, a su vez, el 23 la elevó al Consejo Nacional de Educación.
Se abrió expediente.
El 5 de febrero el Presidente del Consejo indicaba que si bien el “instituto no está bajo la dependencia del Consejo Nacional pero como éste le ha concedido un maestro elemental” no dudaba que el Director iba a atender el pedido y que debía darse vista del expediente a Fangeaux pidiéndole “suspenda o modere sus ejercicios militares”.
El tema no terminaría allí.
Al parecer los toques de cornetas continuaron y por consiguiente las quejas de algunos vecinos, que volvieron a la Comisaría.
El 21 de febrero desde la Comisaría enviaron una segunda nota dirigida a Beazley donde se expresaba que vecinos estaban molestos porque el Director Fangeaux a primeras horas del día “hacía sonar cornetas, tocando marchas militares, etc, para que los alumnos verificaran ejercicios” y quien redactaba la carta aducía haber hablado con el Director pero que este hizo “caso omiso de la observación”. En esa nota se indicaba también que el Teniente de Navío Lauro Lagos y el Dr Alberto Costa “se presentaron anoche” para quejarse que continuaban “los toques de clarín y marchas”, que como había enfermos fueron a la casa de Fangeaux para que hiciera cesar la música y el Director les había dicho que “no podía acceder a lo solicitado porque tenía que desquitarse de una nota que esta Comisaría había pasado al Ministerio de Instrucción Pública por intermedio de la Jefatura, en la cual pedíase se hicieran cesar los ejercicios que se efectuaban en el Colejio (sic) y que en venganza en adelante haría tocar una banda lisa compuesta de veinte alumnos”.
Beazley recibió esta segunda nota y la elevó al Presidente del Consejo Nacional de Educación José María Gutierrez el 23 de febrero.
Por segunda vez el Consejo recibía una nota sobre el mismo asunto.
El 13 de marzo Fangeaux envió una nota al Presidente del Consejo diciendo que se procedió con mala fe porque “en la escuela no se realizan ejercicios militares ni cosa que se le parezca”,la corneta en cuestión se empleaba en los talleres a la hora de comenzar y terminar el trabajo.
Fragmento de la nota de Fangeaux.
Adjuntaba como descargo una nota de vecinos. Esos vecinos decían:
"Los abajo firmados, vecinos del Instituto de Artes y Oficios, situado en la calle Callao 1348, certificamos que en dicho Instituto reinan el orden y tranquilidad más completos y que, por consiguiente, su estadía en el vecindario no es de ningún disturbio, y hasta podemos decir que el toque de una corneta en varios períodos del día, proporciona al vecindario una alegría de que estamos agradecidos, por lo cual hemos firmado el presente documento."
¿Dónde estaban las quejas entonces?
Nota de los vecinos.
Se contestó a la Policía y se archivó el expediente.
Fangeaux había ganado.
¿Había expresado Fangeaux alguna vez que iba a desquitarse de la quejas y en venganza formar una banda con los alumnos? Es posible, pero también tuvo la habilidad y el ingenio suficientes para conseguir el apoyo escrito de vecinos y terminar con la historia.
Firma de Fangeaux.
Guada Aballe
Fuente:
Expediente que obra en el Archivo Intermedio del Archivo General de
la Nación, Paseo Colón 1093
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