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JUAN NARDI


Juan Nardi en 1907 tenía cinco años y se hospedaba con su padre, su madre y su hermanito Luis en Paseo de Julio (hoy Leandro Alem) 728, tercer piso, en el restaurante “XX de Septiembre”. Su padre había sido chacarero en el sur de la provincia.

Juancito y su papá.

El sábado 30 de noviembre de 1907 alrededor de las doce del mediodía los padres se habían ausentado dejando a Juan solito en la pieza. El chico salió al balcón y se puso a jugar. Parece que intentó pasar a un balcón vecino separado del de la pieza por espacio de medio metro. Sin medir el peligro, Juancito trepó a la baranda y al montar sobre ella perdió el equilibrio. Quedó agarrado del barrote del balcón., colgando al vacío a una altura de trece metros, sin posibilidad de trepar la baranda nuevamente y sin apoyo alguno para sus pies.
El nene comenzó a llorar.
La primera en pedir auxilio al ver a Juancito en peligro fue una niña llamada Elisa Juana Duc.

Elisa Duc

Dio la voz de alarma y los transeúntes comenzaron a agruparse y gritar mientras miraban a la criatura. Se juntaron unas doscientas personas. Algunas subían corriendo las escaleras para tratar de llegar al balcón y sujetar al chiquito. (Un tal Jorge Mondrinich fue de los primeros en ver al chico y acudir para salvarlo).
Mientras tanto se encontraba en la esquina de Paseo de Julio y Córdoba el agente Guillermo Soler de la comisaría 1ª quien al oír los gritos de la gente acudió de inmediato al lugar.

Agente Guillermo Soler

Viendo el peligro en que se encontraba la criatura, dándose cuenta que sería pronto incapaz de resistir y que irremediablemente caería al vacío, se ubicó debajo del balcón con la intención de recibir al chico en sus brazos cuando cayese.
Efectivamente cuando Juan Nardi cayó al vacío fue recibido por el agente Soler en sus brazos. Lo tomó de la cintura y le salvó la vida. La gente lo ovacionó.
El padre del chico, que había llegado, se abrazó sollozando al agente Soler largo rato…
Algunos de los presentes se apersonaron en la Comisaría 1ª para relatar lo sucedido y felicitar al heroico agente. El Jefe de Policía decidió que Soler fuera ascendido a “cabo honorario” y gratificado con cien pesos.
Quien también decidió ayudarlo, una vez que supo lo que había ocurrido, fue el Presidente de la República Dr José Figueroa Alcorta. Pidió que llevaran a Soler a su despacho porque deseaba premiarlo. Así hicieron. Acompañaron a Soler hasta el despacho del Presidente y se le entregaron los cincuenta pesos que Figueroa Alcorta había dispuesto para el buen agente.
No fueron aquellas las únicas gratificaciones que recibió el agente Soler. El buen policía, de 32 años, también recibió otros donativos: Santiago Tarrigó hizo llegar a la Jefatura de Policía $168 que habían sido juntados en la Bolsa de Comercio, Meyer Pellegrini le hizo llegar $32.
Es una pena que policías como Guillermo Soler estén hoy olvidado.

Guada Aballe

2 comentarios:

Héctor Ángel Benedetti dijo...

Guada, ¿este fue el episodio para el que una revista encargó la reconstrucción de los hechos, publicando un montaje fotográfico en donde aparecía el niño colgando del balcón? Parecía un homúnculo más que un niño.

Guada dijo...

Sí. El montaje salió en P.B.T.