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CUIDAR LA SALUD



1-La visita al dentista.
Si a uno le dolía la muela; ¿dónde se podía ir?
El Dr Fernández Sanz inauguró su nuevo consultorio el 23 de febrero de 1906 en la calle Victoria (hoy Hipólito Irigoyen) 913, el cual había abierto por primera vez en el año 1901.
Fernández Sanz había regresado recientemente de Europa luego de haber pasado allí ocho meses. Durante ese viaje se dedicó a recorrer distintas clínicas en busca de asesoramiento a la vez que adquirió mobiliario e instrumental para su nuevo consultorio.
Por ese motivo, en el consultorio del Dr Sanz se podían hacer extracciones con anestesia general y se trabajaba con material esterilizado. Tenía un taller mecánico para fundir porcelanas y construir dientes o realizar obturaciones invisibles.
Tantas novedades atraían la atención de la prensa y de otros dentistas que con gusto asistieron a la reinauguración del consultorio.


2-El instituto médico internacional.
En 1905 los doctores Ricardo Marin y J. Páez instalaron en Rivadavia 1161 un instituto médico especializado para las enfermedades de la piel. Ambos profesionales tenían una trayectoria destacable, Marin en el hospital de Clínicas, el Rawson y el Hospicio de las Mercedes. Páez en las clínicas de Sommer y Aberasturi.
La casa donde funcionaba el instituto era “amplia y aireada”. Se trataban dolencias tales como eczema, psoriasis y lupus. Había un anexo en Cuyo (Sarmiento) 1470.
3-Un doctor particular
En Tucumán 529 estaba el consultorio del dr Piccinini. Otro consultorio con todos los adelantos de la época: rayos X y fototerapia.
El Dr atendía personalmente en su casa de lunes a viernes de 14 a 17 y los “festivos” de 9 a 11. Su especialidad eran las enfermedades de la piel, vías urinarias, estómago y “enfermedades de señoras”.
Tenía servicio para masajes y aplicaciones eléctricas y un gesto que lo honraba: ceder a otros médicos “su instalación radio-fototerápica todos los días hábiles de 2 a 5 pm”.

Guada Aballe

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